martes, 29 de diciembre de 2015

Si yo soy...

Si yo siento como siente la libélula
que rompe el río
y como el agua que desborda el vaso.
Y siento como siente el mar 
el corte
de la aleta feroz 
de una gran sacudida.

Y si siento como Isolda tras la ausencia
y como Maggie antes del golpe-la sangre
en todas partes- la extensa locura,
el grito de la noche
la montaña 
en su aullado manifiesto.-y como Maeve 
ante Esus
o Naoko ante la sonrisa estúpida 
del suicidio de su amante.
Y si yo, en toda mi bravura y mi existencia,
en los vasos de veneno poderoso  -que aortan en los bares 
de siempre 
mi pesada costumbre 
de amarme a cuchillazos-. Si yo siento de esta forma 
tan de selva, tan de mar, 
tan de ruina impronunciable,
tan de catástrofe
o de monstruo picudo 
                                    y liberado.

Entonces, no me queda más remedio
que dejar de aceptar 
                                carne putrefacta
                                                           y fuegos 
que no son 
fuegos de nieve-azul no es
el nombre de una supernova. 
Y dejar de dar mi alma 
por un gesto
que siempre es de huida.

Entonces- me dije a los ojos de la niña desgarrada-
si yo soy capaz de sentir
como si el mundo fuese una gran conmoción
irrepetible.

Jamás

En el amor

me pienso conformar con menos.



Diana Forte.

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